A pesar de que la Ley Federal del Trabajo obliga a los patrones a inscribirlos ante el IMSS, la mayoría de los empleados no lo exige por desinformación, desinterés o miedo a perder su trabajo
A pesar de que la Ley Federal del Trabajo en su artículo 337, obliga a los patrones a inscribir a las personas trabajadoras del hogar en el régimen de seguridad social, sólo el 2.58% están afiliadas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
De acuerdo con su reporte de empleo, al cierre del pasado mes de enero, se registraron 64 mil 639 puestos asociados a personas trabajadoras del hogar.
Dicha cifra contrasta con el registro de 2.5 millones de empleadas y empleados domésticos —mayores de 15 años— que viven en el país, donde el 90.2% son mujeres y 9.8% hombres, según los últimos datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición (ENOEN) correspondientes al cuarto trimestre del 2022.
Ante este panorama, en entrevista con Excélsior, Marcelina Bautista Bautista, fundadora y directora del Centro Nacional para Capacitación Profesional y Liderazgo de las Empleadas del Hogar A. C. (CACEH), señaló que, a pesar de los beneficios, la desinformación, el miedo a perder el trabajo y el desinterés de los empleadores son algunas de las razones por las que no ha crecido más la afiliación.
También incide el hecho de que las empleadas domésticas no quieren la seguridad social, porque al descontar de su salario las cuotas que les corresponden, percibirían un menor ingreso al que están acostumbradas.
“Tenemos estos marcos normativos, pero no hay una política clara que empodere a las trabajadoras del hogar y puedan exigir sus derechos.
“Y, por otro lado, las trabajadoras del hogar tienen miedo a perder el trabajo. Si exigen Seguro Social son despedidas, si exigen no trabajar en domingo son despedidas, si exigen sus derechos son despedidas”, enfatizó la directora del CACEH.