Para la señora Imelda, el Día de la Mujer es como cualquier otro. Cero festejos, al tratarse de un día normal en el que tiene que trabajar para llevar de comer a sus hijos y además, debe laborar en su hogar como todos los días.
Si bien las mujeres dicen que hemos ganado un derecho al trabajo, aún hay diferencias en el trato, la paga y horarios.
“Las mujeres que trabajamos como empleadas domésticas somos las menos valoradas, pareciera que es obligación de mujeres limpiar la casa, que nacimos para eso”.
Las cosas han cambiado muy poco o casi nada, lamenta la señora Imelda, al narrar que desde muy joven trabaja limpiando casas y el que ahora se les diga que tienen derechos igual que los hombres, eso se queda en dichos.
“La verdad no tenemos derechos como cualquier otro empleado de fábricas, ayudantes o de alguna tienda, realizamos un trabajo muy pesado, pero no nos tratan igual”, apunta.
Y pide que se les valore “como mujeres, como trabajadoras, no como servidumbre, como empleadas de segundo nivel, para lo cual aún falta mucho. Si protestamos y exigimos trato digo, nos corren”.
Trabajamos, comparte, las mismas 8 horas que los hombres y en ocasiones más, no tenemos un servicio médico, tampoco prestaciones como vacaciones o aguinaldo, llegamos a descansar cuando los patrones salen, pero normalmente esos días no se nos pagan.
Doña Imelda, también señala que no todo es tan malo, pues hay buenos patrones que dan buen trato, pero aún hay diferencias en el pago y carga de trabajo. Por ejemplo al chofer o el jardinero, les pagan más y el trabajo es limitado y a las mujeres nos cargan más la mano.
Indicó que trabaja en promedio al día 10 horas y le pagan 400 pesos, trabaja 5 días a la semana, lo que equivale a 8 mil pesos mensuales.
Doña Imelda señala que ella trabaja por su cuenta, porque la explotación laboral muchas veces es también por parte de las agencias de colocación, que les pagan más a los hombres que a las mujeres, desde ahí estamos mal, además de que se quedan con un porcentaje del salario y esto se ve como algo normal.
“Definitivamente no hay igualdad entre hombres y mujeres, menos para uno que les sirve”, afirmó doña Imelda, para quien el 8 de marzo no significa nada.